La soledad del cto

Gaston Maron
Opinión
Hablar de soledad es hablar hacia uno mismo. Por momentos, una verdadera catarata

La soledad del CTO

Hablar de soledad es hablar hacia uno mismo. Por momentos, una verdadera catarata de victorias internas; por otros, una inundación de pedidos externos que abruman a la integridad. Si bien el carácter es meramente de compartir conocimiento hacia la comunidad, considerando que cada uno forma parte de un todo, el principal tema a tratar en este artículo es la soledad del CTO.

Genera ruido pensar un C-Level padece de soledad. ¿Acaso no todas las responsabilidades (negocio, equipo, clientes, stakeholders, etc) recae sobre una persona que ocupa un rol así? ¿Si las organizaciones no tienen este tipo de roles al frente, a qué grado, más o menos exacto, debe ir el timón?

A todo esto se le suma el fenómeno “pandemia” donde los equipos, siempre firmes y unidos en las oficinas, comienzan un trabajo distribuidos en la comodidad y desorden de su propia casa. Es casi tanto como volver al primer día de trabajo. El famoso “setup” donde cada profesional acomoda su escritorio, colocando su monitor secundario junto con algún otro addon como un portaretrato, la tablet y algún otro elemento nerd, geek y/o sentimental. Se empiezan a ver los defectos en las comunicaciones internas donde la consulta del boca en boca termina siendo un email o un chat en alguna plataforma esperando alguna respuesta. Dicha respuesta se hace esperar, ya que del otro lado se encuentra una persona lidiando con tareas del hogar, sacando el perro a pasear o prestando atención a su hijo que le pide ayuda con las tareas de la escuela.

Sin embargo, el gerente de tecnología debe continuar sosteniendo el timón para que el barco llegue a los puertos deseados. Luchando contra un calendario lleno de reuniones (aún más reuniones por la distribución del equipo) buscando un recoveco para poder dejar de planificar o hablar para poder hacer. A todo ello, se suma que la jornada laboral ya no es de 9 horas sino de muchas más ya que la distinción entre oficina y hogar parece difícil de percibir.

Como factores adicionales se encuentran tener que mantenerse informado por lo que el iPad está repleto de artículos, libros, papers para leer a la noche antes de dormir. Por lo tanto, el adaptarse a los nuevos hábitos resulta una tarea mucho más compleja que las bondades que el “home-office” traía consigo. Igualmente, tiene a todo un equipo bajo las mismas circunstancias. Las conexiones defectuosas de internet, las interrupciones del correo que llega a la casa, los ladridos de los perros, el ruido ambiente del edificio donde vive, entre otras cuestiones que afectan a todos los miembros.

Lidiar con el día a día, sumado a lo anterior, ¿es un desafío digno de afrontar? Es decir, nadie estaba preparado para esto. En adición con tener que tomar las decisiones para una economía recesiva y llevar adelante los roadmaps, proyectos y planificaciones adelante. Mil webinarios de todo tipo de tecnologías nuevas, una casilla de correo explotada de newsletter de foros, de eventos (on-line, por supuesto), convocatorias y demás generan un mareo para quien no pueda tener siempre el norte marcado en su brújula. Distracciones por todos lados y el foco del negocio con números en rojo y un stack tecnológico que tiene que actualizarse debido a la demanda de más usuarios, mayor competitividad en servicios digitales. En la mayoría de los casos, las cuestiones antes mencionadas terminan, de alguna u otra forma, por la cabeza de un CXO.

En resumen, este artículo busca la unión de solitarios lobos que lidian todos los días con este tipo de distracciones y poder, desde una comunidad, generar apoyo los unos con los otros. Validar decisiones, generar feedback en los procesos adoptados, metodologías aplicadas, buenas prácticas para el buen desempeño de equipos, entre otras inquietudes tanto técnicas como de negocio o management.


Gaston Maron
CTO @ MaxScholar | Professor @ UNLP

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